ISAÍAS 61:1 BLP-ESES
El espíritu del Señor Dios me acompaña,
pues el propio Señor me ha ungido,
me ha enviado a dar la buena noticia a los pobres,
a vendar los corazones destrozados,
a proclamar la libertad a los cautivos,
a gritar la liberación a los prisioneros.
Yo pienso que Dios no necesita que le ayudemos, pero si que sanemos y salvemos a los de corazón dañado.
Esta es mi mini reflexion para hoy.
Ya publicare una más grande en cuanto os lo planteeis.
Feliz sábado herman@.
Me gusta (ya lo sabes) esa es nuestra misión ayudar y no porque Dios lo necesite o tanto porque otros lo necesiten (que sí que lo necesitan) sino porque al ayudar a otros nos estamos ayudando a nosotros mismos. Y una cosa: "A buen entendedor, pocas palabras bastan".
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